jueves, 19 de noviembre de 2020

OLFATO

Nuestras pieles conjuran aromas que por momentos se complementan; pero no siempre. Perfumes picantes y dulces se intercalan y nos atraviesan. 

El momento del encuentro visual trae exudación a nuestros cuerpos. A medida que nos acercamos el olor se hace más intenso. Pero aún no nos hemos tocado. El goce crece por la anticipación. Te huelo pero no te toco. Así nos deseamos. Sin precipitación y estimulando la fantasía que nos negamos a controlar. El silencio está ocupado por la fragancia que antecede al tacto. 

Porque llega un momento donde sólo hay lugar para que nos sumemos el uno al otro. Somos nosotros pero somos Uno.

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